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Jennifer Jones, la primera mujer de raza negra que se convirtió en un miembro de las Radio City Rockettes, siempre fue la saludable de su familia.
Cuando cumplió 50 años, era una corredora y bailarina ferviente, y había sido vegetariana por más de 25 años. Dijo que se sentía excelente cuando llegó el gran día, pero empezó a preocuparse cuando empezó a sentir embotamiento, gas atrapado y molestias abdominales unos meses después.
Jennifer se dijo a sí misma “estas cosas pasan” a esta edad. También pensó que podría ser una alergia alimenticia y decidió eliminar el gluten de su dieta. No estaba preocupada de cáncer en absoluto cuando visitó al doctor para su primera colonoscopía, la cual, en esos momentos, se recomendaba para personas de 50 años o más.
Después de someterse al procedimiento, se sorprendió cuando obtuvo los resultados. Tenía cáncer colorrectal y su doctor le dijo que tenía aproximadamente cinco años de vida. Jennifer estaba aturdida, no tenía antecedentes familiares de cáncer colorrectal ni ningún otro factor conocido de riesgo de la enfermedad.
“Estaba avergonzada y abochornada cuando descubrí que tenía cáncer colorrectal de etapa 3”, dijo Jennifer. Ocultó el diagnóstico de sus amigos y familiares durante unas semanas. “En esos momentos, mis dos hijos estaban en la universidad y empecé a pensar que nunca vería como florecerán sus vidas completamente”.
¿Quién tiene riesgo de cáncer de colon?
El cáncer de colon o cáncer colorrectal se denomina al cáncer del intestino grueso o del recto. Es el tercer cáncer más frecuente en EE.UU. y hasta 1 de cada 26 mujeres recibirá un diagnóstico de cáncer colorrectal durante sus vidas.
Algunos grupos raciales y étnicos tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Se cree que una mutación genética, APC I1307K, que se encuentra principalmente en personas con ascendencia judía asquenazí contribuye con mayores índices de cáncer colorrectal en esta población. Antecedentes familiares de cáncer colorrectal también pueden incrementar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Pero las investigaciones sugieren que la mayoría de casos de cáncer colorrectal no son genéticos ni hereditarios. Los estadounidenses de raza negra, que tienen un 20% más de probabilidades de recibir diagnósticos de cáncer colorrectal y un 40% más de posibilidades de morir de la enfermedad que otros grupos desarrollan cáncer a edades más tempranas y reciben diagnósticos en etapas posteriores, lo cual reduce los índices de sobrevivencia. Estas diferencias de los índices de diagnóstico y de sobrevivencia se han asociado a desigualdades raciales y socioeconómicas de la salud, tales como una falta de acceso a atención médica de buena calidad debido a condiciones financieras o geográficas y a una falta de confianza en los proveedores de atención médica.
Jennifer se enfrentó a desigualdades durante su experiencia con su cáncer. Cuando estaba temporalmente sin trabajo y sin seguro médico, Jennifer aceptó un cargo en una compañía que retrasó su contratación por un mes y le dio un menor salario que el que prometió. Dijo que aun así aceptó el trabajo porque necesitaba recibir la atención de un doctor y mantener a su familia.
Después de su diagnóstico, Jennifer dijo que no estaba contenta con el nivel de atención que estaba obteniendo de su doctor que era un hombre blanco y decidió buscar a un nuevo proveedor de atención médica.
“Finalmente me senté con mi familia, les dije acerca de mi enfermedad y que iría a Memorial Sloan Kettering”, dijo Jennifer. “Mi cirujana, mi oncóloga y un equipo casi exclusivamente de mujeres me atendió como una persona y no solo como un número. Ese momento fue verdaderamente cuando mi tratamiento y mi proceso de lucha contra el cáncer empezó”.
Durante décadas, se consideró que el cáncer colorrectal era una enfermedad de personas mayores. Pero están habiendo más casos en personas más jóvenes, independientemente de sus antecedentes étnicos. En 2020, aproximadamente el 12% de casos de cáncer colorrectal en EE.UU. fueron de personas de menos de 50 años.
“Eso hizo que muchas sociedades cambiarán sus pautas reduciendo la edad de examinaciones de cáncer colorrectal de los 50, que había sido la norma durante mucho tiempo, a los 45 años” dijo Ayanna Lewis, M.D., una gastroenteróloga de Mount Sinai South Nassau en Merrick, Nueva York y miembro del consejo de asesoría de la salud de la mujer de HealthyWomen. “Después de haber hecho colonoscopías durante ocho años, todavía me sorprende cuantas personas jóvenes menores de 30 años a quienes examino por otras razones ya tienen pólipos”.
Examinaron a Jennifer en 2018, el año en que la Sociedad estadounidense contra el cáncer redujo la edad recomendada para examinaciones de cáncer colorrectal de los 50 a los 45 años para personas que no se considera que tienen alto riesgo. Ella hubiese deseado que estas pautas hubiesen estado implementadas cuando cumplió 45 años y así hubiese detectado su cáncer antes. Debido a su diagnóstico, ella sabe que sus hijos serán examinados cuando tengan 40 años, la edad recomendada para personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal.
La Dra. Lewis dijo que la presencia de células anormales en un pólipo de colon puede convertirse en cáncer en siete a 10 años. Consecuentemente, la detección y remoción de un pólipo a los 45 años, en comparación con los 50, proporciona los pacientes una oportunidad mucho mejor de sobrevivencia a largo plazo.
“Es importante saber que el cáncer colorrectal puede tratarse”, dijo la Dra. Lewis. “Incluso si se diagnostica después de lo que consideramos conveniente, hay tratamientos efectivos”.
Reducir el riesgo de cáncer colorrectal
Además de empezar con las examinaciones a una edad apropiada, mantener un peso saludable, hacer ejercicio y evitar carne roja, carnes procesadas y alimentos azucarados son algunas de las recomendaciones que son útiles para reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Fumar y un consumo alto de alcohol también se asocian con mayores índices de cáncer colorrectal, junto con niveles reducidos de vitamina D en la sangre.
La Dra. Lewis dijo que, a medida que la dieta de estadounidenses ha cambiado a lo largo de las últimas tres a cuatro décadas para incluir más alimentos procesados, los índices de personas con exceso de peso y que viven con obesidad han aumentado. Más estadounidenses también están teniendo diabetes y sobrepeso, y algunos estudios han demostrado conexiones entre pólipos de cáncer colorrectal o pólipos colorrectales y diabetes, exceso de peso y obesidad. Los afroamericanos tienen más posibilidades de tener sobrepeso u obesidad, de recibir diagnósticos de diabetes y de tener deficiencias de vitamina D, todo lo cual puede contribuir para mayores índices de cáncer colorrectal.
Los proveedores de atención médica también juegan un papel importante para reducir los diagnósticos de cáncer, dijo la Dra. Lewis. Interacciones con personas en ferias de la salud, iglesias y organizaciones comunitarias pueden motivar a más personas a visitar a proveedores médicos para que las examinen. Desarrollar las relaciones con pacientes existentes puede hacer que se sientan más cómodos cuando hablan de sus síntomas y que estén más abiertos a la posibilidad de examinaciones para detectar cáncer.
“Al tomar ese tiempo adicional para explicar el proceso, incluso en forma no verbal, a veces no solo es útil para el paciente con quien estoy conversando, sino que motiva a sus amigos y familiares a que los examinen”, dijo la Dra. Lewis. “Pueden decir ‘no me dio miedo. Nadie me trató como si fuese un objeto. Nadie se quedó viendo mi trasero. El enema preoperatorio no fue tan malo como todos decían”.
Lista para graduarse
Jennifer no ha tenido cáncer desde 2019. Ella espera que la buena racha continúe más allá de diciembre de 2023, fecha que marcaría cinco años desde su diagnóstico.
Después de superar su cáncer, vive manteniendo en mente el mantra “no esperes para disfrutar la vida, vive tus sueños y haz que todos se enteren”. Para ella, eso incluye publicar un libro infantil, una autobiografía e incluso una muñeca “Jenn bailarina”.
También trabajó como promotora con Colorectal Cancer Alliance para ayudar a concientizar sobre la importancia de las examinaciones de cáncer.
“No hay suficientes conversaciones sobre [el cáncer de colon] en nuestras comunidades”, dijo Jennifer. “Es un tema difícil de hablar, pero las conversaciones difíciles deben ocurrir. Infórmate sobre tus antecedentes familiares y haz que te examinen cuando tengas 45 años o antes si tu familia tiene antecedentes de cáncer colorrectal. Si no tienes tu salud, no tienes mucho”.
Este recurso se preparó con el apoyo de Merck.
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